Polvo que levanta polvo
La noche se aquieta
y aceleras levantando el polvo.
Extrañas apetencias 
te han dictado dejar la morada.
Una sed de horizonte te impulsa 
y te guía el azaroso trazado de la fuga.
Y allá vas, extasiado en el prodigio
de encrucijadas, baldíos y declives,
del viento amistoso que se abre a tu avance.
¿Qué buscan tus pasos?
¿De qué te alimentas? 
¿Te basta el trofeo de la distancia acumulada   
o el brillo de las luces que devora tu prisa?
Sé que a esta hora,
solitario entre los astros y un sorbo de agua,
comprendes, viajero, 
que al final del camino te espera más camino.
Galo Alfredo Torres
 
 
 

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